Jesús de Laferrere.
Hace un tiempo vengo desarrollando un trabajo de investigación docente que aun tiene un final abierto. Se trata como los lectores de este blog han podido apreciar de las idolatrías e identidades juveniles.
En este caso se trata de un polémico video de Capussotto sobre los jóvenes rollingas de Laferrere que como se aprecia en el video que acompaña esta nota juega con la ironía. Controvertido humor que algunos-excedidamente según mi punto de vista- llegaron a verlo como una burla hacia los jóvenes de la mencionada localidad del Partido de La Matanza.
Por el contrario, se pone en evidencia que esos jóvenes humildes son rollingas pero no pueden pagar entradas a los recitales. Los asistentes reales son una clase media "caretas" como se los menciona en el video.
El flequillo es su emblema mas preciado. La posibilidad de perderlo es vaciarse del sentido de pertenecer a un grupo de pibes igual a ellos. Es lo poco que tienen para compartir con sus compañeros de tribu. Lo rescata de ese anonimato a que lo condena la ciudad y una cultura consumista que no los incluye.
Hace un tiempo vengo desarrollando un trabajo de investigación docente que aun tiene un final abierto. Se trata como los lectores de este blog han podido apreciar de las idolatrías e identidades juveniles.
En este caso se trata de un polémico video de Capussotto sobre los jóvenes rollingas de Laferrere que como se aprecia en el video que acompaña esta nota juega con la ironía. Controvertido humor que algunos-excedidamente según mi punto de vista- llegaron a verlo como una burla hacia los jóvenes de la mencionada localidad del Partido de La Matanza.
Por el contrario, se pone en evidencia que esos jóvenes humildes son rollingas pero no pueden pagar entradas a los recitales. Los asistentes reales son una clase media "caretas" como se los menciona en el video.
El flequillo es su emblema mas preciado. La posibilidad de perderlo es vaciarse del sentido de pertenecer a un grupo de pibes igual a ellos. Es lo poco que tienen para compartir con sus compañeros de tribu. Lo rescata de ese anonimato a que lo condena la ciudad y una cultura consumista que no los incluye.
Esta reflexión anterior, se puede
relacionar con los relatos de los propios jóvenes sobre las vicisitudes que
tiene que soportar un fans. Entre otras me pareció muy jugosa la siguiente que
transcribo de manera textual:
“
Bueno.., es jodida la vida de un fans
.La previa del boliche .Hay que ponerle honda , Generalmente todo pasa rápido,
porque tampoco a mis ídolos no le suelen dar mucha pila en la radio y la tele.
No le dan mucha bola. Recién después del tercer disco lo empiezan a tener en
cuenta y los fans, como los hinchas, no cambiamos jamás de banda. Es una bocha.
Si el grupo llega de gira, el fan lo recibe en donde sea, lo persigue por la
calle, averigua, nadie sabe cómo, por
dónde entra , intentamos agolparnos en el boliche , lo cruzamos en un acceso, dormimos en la
calle si hace falta, nos colamos en la previa del lugar de la presentación, entramos
si se puede, gritamos, bardeamos, bailamos, odiamos a los pibes que están tan
cerca, nos peleamos por una foto con el celu, nos matamos por acercarnos a menos de un metro,
perseguimos su salida, recorremos todas las disco de Lafe (Laferrere)
terminamos pasando la noche en una esquina para despedir la banda”.
(Alumno de cuarto año de la secundaria)